domingo, 15 de abril de 2012
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Habla Jorge.... |
Luego de la presentación de Julio Leite, escritor fueguino y referente de la Editora de Tierra del Fuego, presentamos el libro, arrancando con las sentidas palabras del escritor Roberto Santana.
En la mesa de derecha a izquierda: Susana Zilberberg, quien tradujo la obra al inglés, Roberto Santana, escritor, Niní Bernardello escritora y artista plástica, autora del libro y Jorge Bernard, artista visual, autor de las ilustraciones.
En la mesa de derecha a izquierda: Susana Zilberberg, quien tradujo la obra al inglés, Roberto Santana, escritor, Niní Bernardello escritora y artista plástica, autora del libro y Jorge Bernard, artista visual, autor de las ilustraciones.
Asistieron al evento unas 100 personas, quienes presenciaron el acto
de presentación cómodamente sentados alrededor de mesitas que
construimos especialmente en el Centro Cultural Yaganes, imitando un
café cultural, el salón se encontraba decorado con unos 15 originales de
las ilustraciones que acompañan los poemas de Niní Bernardello.
Durante la velada de presentación se leyeron poemas en español e inglés, ya que es el primer libro de la Editora de Tierra del Fuego bilingüe.
Durante la velada de presentación se leyeron poemas en español e inglés, ya que es el primer libro de la Editora de Tierra del Fuego bilingüe.
jueves, 12 de abril de 2012
Corazón de pique
negro
Alguna vez te sentiste igual.
Corazón de pique negro.
A este solcito de la plaza
la sombra de tu sonrisa
trajo sabor de caña amarga.
En la mansión de la parada
inclinada sobre tu corazón
bailé este tango reo.
Me dejaste caer
¡y casi fue una sentada!
Figura mistonga
que se hizo yeso
y la mansión bacana
triste pieza de hospital.
Corazón de pique negro
apurá tu pena
y dame ¡por favor!
pista ligera.
Canto mi pena
Cantar mi pena
con creído tango
me consuela tanto
como de un amigo el abrazo.
No vendrá
palabra alguna
que no esté unida
a mi dolor.
Juntá los labios
y cantá
rubia Malena.
Subite despacito
a mi pierna
quebrada.
Dale repique y danza
cuatro compases reos
y un remate que se desgrane
sobre el Río de la Plata.
En un solo pie
Quiero retruco.
Olvidé mi tarde
y mis sueños.
Deme de mi flor
lo que traiga la dama.
¡Aguarde amiga
voló mi zapato!
Me quedé sin bailar.
En un solo pie
haré la danza.
Tango chiquito
en un solo pie
para la dama
que es rubia.
La Mireya no
en un solo pie
para que sí.
Para que sí
en un solo pie
para que sí.
Ninette
Si estuviera en pie
sería
de punta en blanco
Ninette.
Bajo algún negro farol
fumaría
esperando tu señal.
Si tuviera mi pie
danzaría en la milonga
buscando tu estampa
azul y mistonga.
Si otra vez tuviera
mi pie
lentamente me uniría
al que dibuja en la
baldosa
un tango de arrabal.
¡Si yo estuviera en pie!
Indiferencia
En el carruaje florido
de tus plazas y avenidas
corrijo el vaivén
de mi pierna entumecida
El renguito de la esquina
prepara su andar y sonríe
Veo sin ver a un zorzal
que vuela con su canto
¡Apurá tu dolor, me digo
que es igual al de tantos!
Con razón o sin ella
la vida tuerce, quiebra
bajo tu cielo indiferente
brazo, corazón y sueños
¡Apurá tu dolor, te digo
que es igual al de tantos!
Duelo
Tantos como yo
caídos cantan
su duelo
y nadie, nadie
oye ni da consuelo
Tendida, mirando
fijo el techo
no encuentro
el punto cardinal
de mi llegada
Un temblor sin freno
se adhiere al conjuro
de la tarde que muere
Te visité de costado
y todavía no puedo
hallar el lugar
de la bienvenida
Tantos como yo
caídos cantan
su duelo
y nadie, nadie
oye ni da consuelo
Cara a cara
Rosado vino
echale mozo
al vaso
que sólo dance
el tango
otro más en la cortada.
Me quiebro
y me levanto.
Acorde azul
de mostacilla.
Cara a cara
nos miramos.
Enlazados en el cielo
giran
corazón y despedida
sobre tu acorde final
¡mi Buenos Aires!
Me quiebro y me levanto
¡que solo dance
este tango
uno más en la cortada!
El triste te
llamaban
a Héctor Gagliardi
Fantasía o destino
quiebra mi pie
el mínimo sonido
de tu voz, bien lo sé
La escucho a mi lado
zigzagueando al compás
de tus poemas guardados
no en libros sino detrás
de tus ojos claros
A tantos versos
entregados de un tirón
yo les quiebro los finales
cuestión que sólo
verso y pie
sean iguales
Destino o fantasía
tu triste decir es canto
que se eleva al cielo
entreverado con mi llanto
Lo mismo da
Un dardo de oro y plata
busca desde la oscuridad
un lugar: corazón o pie
lo mismo da, lo mismo da.
No sé, de mi danza, no sé
si fue soñando con tu amor
que hacia vos mi cuerpo giré
Caí embelesada en tus brazos
como una cometa solitaria
desde su altura encendida
El mal trago del recuerdo
me trae llanto y soledad
Quietita silbo distraída
lo mismo da, lo mismo da.
Mala suerte
Abandonada estoy
en el deschave
de mi mente febril
Tendida en la cama
anoto claves y corcheas
Tentando el rezongo
de un tango
mirado al ras
Traigo a la blancura
del papel
la sombra chinesca
de un varón taconeando
hacia la noche
Su andar es como mi escritura
repetición ritual
de giros y figuras
de piernas enlazadas
una y otra vez
una y otra vez
hasta cambiar
mi suerte
Pedernal
Mi voz ronca y sin rima
raspa, gasta la luna
empecinada en platear
pie, porrazo y dama
Patio, humo y silbido
enredo de taco y tela
de un trajín compadrito
en una baldosa entera
Soy el doblez
de una caída
el sueño
de la danza
en el sopor
de la herida
De puro pedernal
tengo el corazón
Cerrado balcón
envido de arrabal
La tristeza de mis
palabras
La tristeza de mis palabras
forma un corsé encantado
con el brillo de mis lágrimas
y de estrellas fijas bordado
Ellas me dieron sin pensar
acabadas letras de tangos
cuando insomne pasé
días y noches tarareando
¡Rojo carmín
del llanto!
Sin poder bailar canto
penas y sinsabores
que vienen a la boca
porque uno sabe al fin
que ¡al que le toca, le toca!
La extranjera
Nadie te tomó en brazos
porque ya nadie es guapo.
Soy de este barrio
la extranjera
la que a un requiebro
le zozobra el alma
y tiembla.
Sonrisa que se hizo
tango y como tango
lágrima entera.
Me voy y no pude bailarte.
Como la luz de la mañana
cerca del bajo
un bandoneón se abre
y bajito me dice: ¡volvé!
toda la orquesta te espera.
De Gardel y de
penas
De Gardel y de penas
todo vibrar me apura
me caí sin consuelo
en el patio de tu vereda.
De Gardel y de pena
el corazón se puso negro.
Lloré todo y tanto
como soñé con el placer
de tus bares y tu canto!
Llévame Gardel
hasta la puerta
y déjame en el bolsillo
otro boleto
de ida y vuelta!
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